Santiago 1:11 Porque
cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y
perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus
empresas.
¡Qué buena comparación
de la riqueza con la hierba del campo! Pero ¿Y porque la compara así las
Sagradas Escrituras?
La hierba, desde el
punto de vista botánico, es definida como toda planta que carece de tallo, que
no consigue vivir permanentemente, al menos la parte externa de la misma. Vive,
crece, florece y muere. Estas pueden vivir por un lapso anual, bienal (2
temporadas) o perenne (aunque este último grupo de hierbas solamente se observa
en las hortalizas).
Este pasaje bíblico no
pretende ser una guía o clase de biología, es fácil entender que la comparación
de la riqueza con la hierba cae como “anillo al dedo”, pues podemos notar en la
vida diaria lo pasajero y temporal que pueden ser ambas. Las flores de la
hierba, pueden ser muchas veces hermosas, pero por lo general, no crecen mucho.
Además, según el relato de Santiago podemos entender que posteriormente a su
florecimiento, lo que sigue es su muerte. Muchas de ellas mueren rápidamente,
otras tardan más dependiendo de su especie, pero tarde o temprano mueren como
cualquier otro ser viviente sobre la faz de la tierra.
Quizás esta es una
de las cualidades de la riqueza que los humanos no queremos comprender, por
ello muchos se aferran a las cosas materiales, dinero, riquezas y lo que más
les gusta es la influencia y poder que ejercen estas. Pero, ya sea por una
crisis financiera o por alguna causa propia de la naturaleza del ser humano (enfermedad
o muerte), la riqueza y su influencia tienen límites. No se puede comprar con
dinero o cosas materiales a la felicidad, la verdadera paz, el amor, la fe, ni
mucho menos la entrada al Reino de los Cielos.
Notemos, también que
“el sol abrasador, seca a la flor”. De igual manera, los corazones de los seres
humanos son probados con la posesión de las riquezas como por fuego. El calor
del sol, muchas veces representa a la justicia de Dios ¿no han tenido los
grandes imperios de la historia su declive y extinción? ¿No cayo el imperio babilónico,
egipcio, romano o cualquier otro conocido en la tierra
Por
eso, amado lector, te animo a que pongas tu esperanza y plena confianza en tu
Creador sobre todas las cosas materiales, riquezas, cuentas bancarias, lujos,
etc. Estas no son eternas, pero tarde o temprano todos nosotros tendremos que
rendir ante un Juez que si es Eterno. Abre tu corazón y pídele que entre en tu
vida, así como le hablas a un hermano con toda confianza, El té escuchara y te hará
un hombre nuevo. Y si lo has hecho, compárteme tu experiencia con un comentario
tuyo líneas abajo, para orar por ti y ayudarte en esta nueva vida que es difícil.
Recuerda que siempre tendremos a un Padre Eterno que nos da fuerzas para seguir
adelante, a Jesús que es nuestro abogado defensor y a su Espíritu que nos
consuela en medio de nuestras aflicciones

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