sábado, 1 de octubre de 2016

LAS RIQUEZAS Y LA FLOR DE LA HIERBA

Santiago 1:11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.

¡Qué buena comparación de la riqueza con la hierba del campo! Pero ¿Y porque la compara así las Sagradas Escrituras?

La hierba, desde el punto de vista botánico, es definida como toda planta que carece de tallo, que no consigue vivir permanentemente, al menos la parte externa de la misma. Vive, crece, florece y muere. Estas pueden vivir por un lapso anual, bienal (2 temporadas) o perenne (aunque este último grupo de hierbas solamente se observa en las hortalizas).

Este pasaje bíblico no pretende ser una guía o clase de biología, es fácil entender que la comparación de la riqueza con la hierba cae como “anillo al dedo”, pues podemos notar en la vida diaria lo pasajero y temporal que pueden ser ambas. Las flores de la hierba, pueden ser muchas veces hermosas, pero por lo general, no crecen mucho. Además, según el relato de Santiago podemos entender que posteriormente a su florecimiento, lo que sigue es su muerte. Muchas de ellas mueren rápidamente, otras tardan más dependiendo de su especie, pero tarde o temprano mueren como cualquier otro ser viviente sobre la faz de la tierra.

Quizás esta es una de las cualidades de la riqueza que los humanos no queremos comprender, por ello muchos se aferran a las cosas materiales, dinero, riquezas y lo que más les gusta es la influencia y poder que ejercen estas. Pero, ya sea por una crisis financiera o por alguna causa propia de la naturaleza del ser humano (enfermedad o muerte), la riqueza y su influencia tienen límites. No se puede comprar con dinero o cosas materiales a la felicidad, la verdadera paz, el amor, la fe, ni mucho menos la entrada al Reino de los Cielos.

Notemos, también que “el sol abrasador, seca a la flor”. De igual manera, los corazones de los seres humanos son probados con la posesión de las riquezas como por fuego. El calor del sol, muchas veces representa a la justicia de Dios ¿no han tenido los grandes imperios de la historia su declive y extinción? ¿No cayo el imperio babilónico, egipcio, romano o cualquier otro conocido en la tierra

Por eso, amado lector, te animo a que pongas tu esperanza y plena confianza en tu Creador sobre todas las cosas materiales, riquezas, cuentas bancarias, lujos, etc. Estas no son eternas, pero tarde o temprano todos nosotros tendremos que rendir ante un Juez que si es Eterno. Abre tu corazón y pídele que entre en tu vida, así como le hablas a un hermano con toda confianza, El té escuchara y te hará un hombre nuevo. Y si lo has hecho, compárteme tu experiencia con un comentario tuyo líneas abajo, para orar por ti y ayudarte en esta nueva vida que es difícil. Recuerda que siempre tendremos a un Padre Eterno que nos da fuerzas para seguir adelante, a Jesús que es nuestro abogado defensor y a su Espíritu que nos consuela en medio de nuestras aflicciones

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