¿Algunas veces no te han pasado por la mente la
idea de darte por vencido, y pensaste que tus problemas eran más altos que la
cima de la montaña Everest?
A veces es difícil
dar respuesta a estas preguntas. Muchas veces, tratamos evadir a esta pregunta
y reaccionamos con frases como “es fácil para ti, decir tal o cual cosa, si tú
no has pasado por mi situación”. Ayer estuve leyendo un relato de Nick Vujicic,
y quizás ustedes también han oído acerca de su biografía; el nació en Australia
en una familia cristiana, pero a diferencia de cualquier otro niño el nació sin
brazos, ni piernas, por lo que su niñez e infancia resulto muy difícil. Lo
maravilloso de este relato es el optimismo contagiante que trasmite en cada una
de sus conferencias. Cualquier persona en sus cabales se preguntará ¿y cómo
hace Nick para poder enfrentar su situación con optimismo?, recordemos que para
el cada día es un día más de prueba. No es como a muchos de nosotros que
pasamos pruebas por algunos días, semanas, meses o años. Sin embargo, Nick
responde a esta pregunta: “lo que a mí me impulsa cada día a seguir adelante
con optimismo, es la fe en Jesús”
Regresemos a la
carta de Santiago, el cual inicia de dirigiéndose a todos sus lectores como si
fuéramos parte de su familia con la expresión “hermanos míos”. Santiago, ya te
considera como parte de su familia; todos unidos por un vínculo muy especial:
el sacrificio que hizo Jesús. ¡Que gratificante se siente que Santiago se
dirija a ti y a mí de esa manera! Dentro
de la intimidad de una familia, todos sus miembros se ayudan, aconsejan y
consuelan en dificultades. De igual manera, Santiago nos está aconsejando,
consolando y animando, por inspiración Divina.
“Tened por sumo gozo cuando halléis en diversas
pruebas”, esta frase traída en nuestro contexto actual se entendería como:
“alégrate mucho cuando tengas problemas”. Para muchos de nosotros podría ser
desconcertante que alguien te aconseje así. Quizás, hasta podríamos sentirnos
ofendidos por la supuesta insensibilidad ante el dolor ajeno. Pero Santiago, no
está burlándose de nuestros problemas, ni mucho menos optando por una postura
indiferente. Hace unos días escuche una frase: “el oro, se pule en el más
intenso fuego”. No creo que Santiago, haya escuchado esta frase, pero Jesús
estaba hablando al corazón de Santiago en el momento de la redacción de esta
carta. Y su consejo es mucho más valioso, que todos los consejos que hayamos
escuchado antes. “Alegrémonos mucho cuando tengamos problemas”, porque la
voluntad de nuestro Dios sobrepasa nuestro entendimiento. Confiemos en su amor
y bondad, con una fe ciega como la que tuvo hace miles de años Abraham. Las
Sagradas Escrituras dicen que él fue el primer ser humano que fue llamado por
primera vez “amigo de Dios”, y que Abraham tenía una fe ciega y confianza en su
Amigo, que aun después de sacrificar a su hijo Isaac en el monte, Dios tendría
el poder suficiente para resucitar a su hijo, aunque solo hayan quedado cenizas
en el altar.

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