EL AÑO DE LA REMISION – Advertencia contra la avaricia - Parte 02

3. UNA ADVERTENCIA PARA LA AVARICIA E INSENSIBILIDAD

DEUTERONOMIO 15

15:7 Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerraras tu mano contra tu hermano pobre.

15:8 sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite.

Continuando con nuestro estudio bíblico del año de la Shemitta o año sabático, podremos ver, que este acontecimiento está lleno de amor y perdón para con todos los deudores.

El Eterno, sabe cómo es el corazón del hombre: lleno de avaricia y envidia, por lo tanto, en este pasaje bíblico podremos ver que el desamor existiría entre los seres humanos y nos ordena
que, si existiera entre nosotros un hermano, vecino o conciudadano pobre, entonces tendríamos que suplir sus necesidades y abrir nuestras manos, prestándole e incluso hasta regalándole lo que necesite. En esencia el año de sabático, estaba orientado a regalar y perdonar toda deuda. ¿Por qué tendríamos que esperar el año sabático para perdonar a nuestros deudores, sabiendo que ellos son pobres y menesterosos y que no cuentan con la capacidad de pagar sus deudas?


Asimismo, les pido que presten atención en qué tipo de menesteroso se refiere este pasaje bíblico. Este mandamiento se refiere a un menesteroso “israelita”, un hermano conciudadano de Israel; por lo tanto, este mandamiento estaba circunscrito exclusivamente en beneficio de solamente pobres israelitas. Sin embargo, después del sacrificio de amor que hizo nuestro precioso Señor Jesús, no podemos decir que nuestro prójimo necesitado es solo un hermano en la fe. Prójimo, necesitado es “todo” aquel que necesite de nuestra ayuda.

15:9 Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado.   

15:10 Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas.     
15:11 Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.

Esta es una advertencia para todas las personas egoístas y tacañas. La traducción Peshitta de las Sagradas Escrituras dicen “ten cuidado de que no haya pensamiento de iniquidad en tu corazón para decir…”. Esto denota la gravedad de querer evadir la responsabilidad moral y social ante Dios al ver que está cercano el año sabático y volvernos insensibles ante la necesidad de nuestro prójimo.

Quiero que noten todos, que este versículo faculta al menesteroso elevar su oración para clamar a Dios pidiendo misericordia y justicia en contra de los avaros e insensibles.

El no hacer el bien, sabiendo que está bien hacerlo y encima frenarse a no hacerlo por intereses personales y egoístas es pecado. Este principio, es recogido posteriormente por Santiago (Sgto. 4:7)

Observemos que el mandamiento es completo, ya que abarca la actitud interna en el corazón humano y también el acto externo claramente visible en la entrega de bienes requeridos por el menesteroso. Todo acto caritativo del ser humano, no solo debe ser externo, sino también interno; debemos de dar con amor a nuestro prójimo.

El versículo 10 menciona, además, como consecuencia de mostrar nuestra bondad, él nos bendeciría en “todo” lo que emprendamos.