Santiago 1:1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.
Esta hermosa carta
empieza con un saludo, como cualquier otra carta, pero acompañado con el título
distintivo “siervo de Dios y del Señor Jesucristo”. La palabra siervo denota
ser un auténtico
esclavo en obediencia absoluta a Dios; no es tan solo de palabras, sino también de hechos. Recordemos la sumisión total que en la antigüedad tenían todos los esclavos para con sus amos, así como también a los castigos que eran sometidos por su desobediencia. Santiago, vivió en aquella época y por lo tanto la palabra siervo debe entenderse de esa manera y no como en la actualidad se trata de entender ligeramente. Además, recordemos que Santiago fue judío, hermano de Jesús (Jacobo), quien a su vez era consciente que en la misma Ley de Moisés estaba tipificada la ley acerca de los esclavos. Por ello, Santiago supo que la persecución que sufrió, los azotes que recibió, los vituperios que padeció y entre otros escarnios se asemejaban bastante a la vida de un esclavo y además eran dignas de un esclavo del Señor Jesús, quien no tiene otra libertad, que la de obedecer fielmente a su amo.
esclavo en obediencia absoluta a Dios; no es tan solo de palabras, sino también de hechos. Recordemos la sumisión total que en la antigüedad tenían todos los esclavos para con sus amos, así como también a los castigos que eran sometidos por su desobediencia. Santiago, vivió en aquella época y por lo tanto la palabra siervo debe entenderse de esa manera y no como en la actualidad se trata de entender ligeramente. Además, recordemos que Santiago fue judío, hermano de Jesús (Jacobo), quien a su vez era consciente que en la misma Ley de Moisés estaba tipificada la ley acerca de los esclavos. Por ello, Santiago supo que la persecución que sufrió, los azotes que recibió, los vituperios que padeció y entre otros escarnios se asemejaban bastante a la vida de un esclavo y además eran dignas de un esclavo del Señor Jesús, quien no tiene otra libertad, que la de obedecer fielmente a su amo.

Esta misma actitud
es la que debe prevalecer en todos nosotros que nos llamamos ser seguidores de
Cristo. Tener en nuestras mentes y corazones, que la única libertad que tenemos
es ser obedientes a nuestro Amo y Señor Jesús.
Por otro lado, observamos
que esta carta está dirigida a “las doce tribus que están en la dispersión”. Esta
frase va dirigida, para con todo el pueblo de Israel, tanto para aquellos que
fueron dispersos durante el cautiverio a Babilonia, como también aquellos judíos
que posteriormente se convirtieron al cristianismo. Santiago es una carta llena de consejos
sabios aplicables para ambos tipos de israelitas (cristianos y no cristianos); ya que además
de sus consejos están llenos de amor y paz.
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